Evita que se haga obeso

En el período de edad de 0 a 3 años se sientan las bases de los hábitos nutricionales saludables, esenciales para evitar la obesidad en el niño. Entre las recomendaciones destacan: mantener la lactancia materna hasta los seis meses, seguir los consejos del pediatra en cuanto a la cantidad de leche de fórmula y número de biberones que debe tomar y no excederse en la porción de carne y pescado que se añade a los purés de verdura.

La firma Almirón ha realizado un estudio nutricional para conocer los hábitos alimenticios de los niños de 0 a 3 años en función de la información aportada por los padres. En el mismo, se relaciona el exceso de proteínas con el exceso de peso en los niños. “Diversos estudios clínicos han puesto de manifiesto la relación entre una ingesta elevada de proteínas en los primeros años de la vida y una mayor proporción de grasa corporal en años posteriores. La causa última de esta relación aún no está del todo aclarada y probablemente se debe a diversos factores de tipo dietético y metabólico”, explica la Dra. Ana Moráis, adjunta al Servicio de Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz, en Madrid. Según esta especialista, en nuestro medio hay una opinión generalizada de que son de mayor calidad y más nutritivos los alimentos muy ricos en proteínas, como las carnes y pescados, frente a las verduras y hortalizas, por ejemplo. “Esto lleva a que frecuentemente se inste a los niños a terminarse la ración de carne o pescado que se le sirve, aunque sea a costa de no tomar la guarnición o la fruta del postre”, indica la experta en nutrición. Este hábito no es correcto, ya que no hay alimentos buenos ni malos por sí mismos. Lo más adecuado es realizar una ingesta suficientemente variada en la que estén presentes alimentos de todos los grupos en las cantidades adecuadas.

 

CÓMO EVITAR LA OBESIDAD EN EL NIÑO
1. La primera recomendación que hacen todos los especialistas es alimentar al bebé con lactancia materna exclusiva hasta el 4º–6º mes. Si no es posible la lactancia materna, se deben seguir las indicaciones del pediatra en cuanto a número de biberones y cantidad de fórmula adaptada, sin forzar al lactante a tomar siempre la misma cantidad, puesto que el apetito puede no ser igual en todas las tomas. 
2. Una vez iniciada la introducción de otros alimentos distintos de la leche, el número de tomas va descendiendo paulatinamente hasta quedar en cinco. En los purés, aunque se deben incluir alimentos de origen animal, no es necesario que la ración de éstos sea excesivamente grande, mientras que es recomendable ir introduciendo, al ritmo recomendado por el pediatra, las verduras y hortalizas y que el niño se familiarice con su sabor. 
3. Una vez introducida la fruta, ésta debe ofrecerse a diario. Aunque muchos niños no aceptan bien su sabor al principio, debe mantenerse la oferta. 
4. A lo largo del segundo y tercer año de vida, el niño adquiere progresivamente la capacidad de masticación y de autoalimentación. Las características de la alimentación cambian: poco a poco el pequeño va tomando alimentos semisólidos y sólidos a su dieta. “Durante este proceso, se debe vigilar que se siga manteniendo la oferta de todo tipo de alimentos sin exclusión. Se debe cuidar que las presentaciones, cuando ya no son purés, sean atractivas para el niño. Es recomendable identificar aquellos alimentos preferidos por el niño y utilizarlos como base para combinarlos con el resto“, aconseja la Dra. Ana Moráis, adjunta al Servicio de Nutrición Pediátrica del Hospital La Paz, en Madrid.
5. Con respecto al patrón de ingesta, fuera de la época de lactante se debe promover la realización de cinco comidas diarias, tres de ellas principales (desayuno, comida y cena) y dos complementarias (almuerzo y merienda). Esto es de especial importancia cuando el niño inicia la escolarización.

 

PROHIBIDO PONER A DIETA AL LACTANTE
Si el bebé está gordito no debe ponerse a dieta, salvo que el especialista lo indique. Hay que tener en cuenta que los bebés suelen estar rollizos, pero cuando comienzan a caminar suelen adelgazar. “Al lactante no se le debe poner a dieta. Cuando el bebé se alimenta exclusivamente al pecho, la cantidad ingerida se ajusta a la demanda del niño y sus requerimientos. En el caso de la alimentación con fórmula, hay que tener en cuenta que el volumen de las tomas puede variar y que el propio niño suele regular su ingesta, por eso no se le debe forzar si la curva de peso es satisfactoria. La ganancia de peso puede ser muy variable de unos lactantes a otros, y a lo largo de los dos primeros años el niño puede cambiar de percentil tanto en peso como en talla hasta adquirir su canal de crecimiento definitivo”, concluye la Dra. Ana Moráis.