Ocho pautas para bajar dos kilos

Los embarazos dejan kilos de más, pero no siempre hay que ponerse a dieta. A veces, basta con seguir unas pautas dietéticas para eliminar los líquidos acumulados que pueden llegar a pesar hasta dos kilos. La retención de líquidos suele afectar a las mujeres durante los periodos de alteración hormonal, como el embarazo, la menstruación o el postparto.

Si ha decidido ponerse a dieta porque no le sube la cremallera del pantalón o la falda, piénselo dos veces: no siempre se debe a un aumento de talla, puede ser una inflamación en la zona abdominal causada por la retención de líquidos que conlleva una aumento de peso de hasta dos kilos. La retención de líquidos afecta a las mujeres durante los periodos de alteración hormonal, como el embarazo, el postparto, la menstruación o la menopausia. Y también puede ocurrir si se lleva una alimentación inadecuada y al estrés. Con pequeños cambios en el estilo de vida se puede mejorar el sistema linfático e intestinal, mejorando la salud y el aspecto físico.

 

Pautas para reducir volumen
Los expertos del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO) facilitan una serie de pautas que ayudan a reducir la retención de líquidos y la inflamación abdominal.

1. No perder más de 1 kg o 1,5 kg por semana. Es importante que el menú sea rico en proteínas, pues están compuestas de aminoácidos que trabajan en diferentes funciones sobre la buena salud muscular y de los tejidos.
2. Realizar actividad aeróbica (caminar, bailar, correr, nadar). Al aumentar la frecuencia cardiaca, se acelera el proceso de eliminación de líquidos. Practicar una actividad física moderada 3 o 4 veces por semana durante 45 o 60 minutos también ayuda a combatir el estreñimiento.
3. Cenar o desayunar alimentos probióticos (yogur, kéfir, cuajada). Contienen bacterias beneficiosas para el intestino que ayudan a realizar la digestión y fortalecen el sistema inmunitario. “Para bajar de peso se recomienda tomar dos raciones de lácteos desnatados al día, uno como tentempié a lo largo de la mañana y el segundo, en la merienda o cena”, sugiere Rubén Bravo, experto en nutrición de IMEO.
4. Tomar té verde en el desayuno. Contiene teína que estimula la función renal y también aporta antioxidantes.
5. Beber dos litros de agua al día. La finalidad es renovar la reserva de líquido corporal, es decir, que el agua retenida entre las células se renueve más rápido.
6. Tomar frutas, cereales integrales y verduras. Es mejor obtener los hidratos de carbono de estos alimentos (son ricos en vitaminas, minerales y antioxidantes) que de las harinas refinadas y los alimentos industrializados.
7. Más grasas poliinsaturadas y menos grasas saturadas. Las primeras son las que están en el pescado azul, el aceite de oliva, los frutos secos y el aguacate. Las grasas saturadas, cuyo consumo hay que limitar, se encuentran en la bollería industrial, las mantecas y las grasas animales.
8. Tomar proteínas de origen animal (carne y pescado) para obtener energía. Por cada 100 gr de carne ingerida se obtienen entre 20 y 30 gr de proteínas. Por ejemplo, una mujer que pesa 60 kg y entrena activamente durante el día, cubriría sus necesidades nutricionales de proteínas con una pechuga de pollo de 200 gr y un filete de ternera de 180 gr.