Los niños viajeros son más propensos a infecciones y lesiones

Los autores del trabajo descubrieron que los niños tendían a sufrir diarreas, lesiones en la piel (mordeduras de animales o urticarias parasitarias), fiebre e infecciones respiratorias. También vieron que los pequeños consultaban menos con el médico antes de iniciar el viaje que los adultos. El 59 por ciento de los adultos había realizado una consulta médica previa, a diferencia del 49 por ciento de los niños. Del estudio se desprende la importancia de llevar a los pequeños al médico unas 4 o 6 semanas antes de realizar un viaje internacional, entre otras cosas, para administrar las vacunas necesarias o llevar los medicamentos preventivos, como el que se usa para la malaria. Otro dato: los viajes a zonas tropicales son los más peligrosos.

Los autores del trabajo descubrieron que los niños tendían a sufrir diarreas, lesiones en la piel (mordeduras de animales o urticarias parasitarias), fiebre e infecciones respiratorias. También vieron que los pequeños consultaban menos con el médico antes de iniciar el viaje que los adultos. El 59 por ciento de los adultos había realizado una consulta médica previa, a diferencia del 49 por ciento de los niños. Del estudio se desprende la importancia de llevar a los pequeños al médico unas 4 o 6 semanas antes de realizar un viaje internacional, entre otras cosas, para administrar las vacunas necesarias o llevar los medicamentos preventivos, como el que se usa para la malaria. Otro dato: los viajes a zonas tropicales son los más peligrosos.
El estudio incluyó a 1.591 niños y adolescentes, además de a 32.668 adultos. La mayoría consultó al volver de Asia, Africa Subsahariana o América Latina. El 28 por ciento de los niños tenía diarrea; otros presentaban lesiones en la piel, principalmente mordeduras de perros u otros animales, picaduras de insectos y erupciones por una larva que se aloja debajo de la piel. Otro 23 por ciento de los niños tenía infecciones febriles, en especial, malaria. El 11 por ciento tenía enfermedades respiratorias, como resfríados e infecciones del oído medio. Los pequeños registraban también más hospitalizaciones que los adultos (14 por ciento versus 10 por ciento).