“Mi niño es un mentiroso”

“¿Por qué miente tanto?”, esta es una de las frases que más repiten los padres. Y es que casi todos los niños mienten en mayor o menor medida. Conocer las causas que les llevan a tener esta conducta es importante para saber cómo actuar. La mentira es una habilidad que todos los niños aprenden, pero algunos la ejercitan más que otros.

Antes de los 5 años no es preocupante que el niño mienta, ya que suele ser fruto de su imaginación, pero a partir de los 7 sí, pues el pequeño ya distingue perfectamente entre verdadero y falso. “Las mentiras preocupantes son las que cuentan para conseguir que castiguen a otros, en este caso hay que hacerles ver las consecuencias de su conducta”, indica Antonia Puertas, psicóloga del centro de psicología infantil y atención temprana “Adelante”, en Marbella (Málaga). Pero no todo es malo en la mentira infantil, según explica esta especialista, “urdir una mentira implica utilizar la imaginación y, mantenerla, emplear la memoria, es decir, para  mentir hay que hacer trabajar al cerebro”. La conclusión a la que ha llegado una investigación del Instituto de Estudios sobre el Niño de la Universidad de Toronto, es que “los procesos cerebrales de formular una mentira son un indicador de la inteligencia del niño”.

 

¿Por qué miente el niño?
Conocer la causa por la que ha mentido tu hijo te ayudará a entenderle y a saber cómo actuar. Lo principal es hablar con el niño para descubrir el motivo que le ha llevado a mentir. Estas son las principales causas:
– Por miedo. Hay niños que tienen miedo de las consecuencias de sus acciones, por eso suelen mentir. Suele ocurrir cuando viven en un entorno sujeto a reglas muy estrictas o si tienen padres muy autoritarios, o si no tienen libertad para hablar con sus progenitores.
– Para proteger a alguien.
– Porque es muy imaginativo y la verdad le aburre.
– Para evitar una tarea que no le gusta realizar: “¿Te has lavado los dientes?”, pregunta el padre.  “Si papá” , responde el niño (pero en realidad no se los ha lavado).
– Por error. Cometen una acción involuntaria, como por ejemplo romper un jarrón, y no saben salir de la situación embarazosa.
– Por amor, para su aprobación, y porque a los niños les gusta impresionar a la gente con rapidez.
– Por imitación. Si el padre o la madre mienten, el niño también lo hará. “Si ellos observan y viven la mentira de manera cotidiana, aprenden a hacerlo como algo normal”, advierte la psicóloga. Por ejemplo, si escucha a la madre decir por teléfono: “dile que no estoy.”

Cómo actuar ante la mentira de nuestros hijos

Hay que recordar que uno de los motivos principales que lleva a un niño a mentir es el miedo. “En cierto modo la mentira es una conducta de evitación del castigo”, indica la psicóloga. Si se castiga al niño por mentir, los padres corren el riesgo de reforzar el miedo, lo que aumenta la probabilidad de que el pequeño mienta en el futuro. El niño puede pensar que no lo castigan por mentir sino por descubrir la verdad, y es muy probable que la próxima vez busque formas más sofisticadas de mentir para no ser descubierto.
– Descubrir la causa. Es muy importante averiguar los motivos que le han llevado a mentir. Y asegurarse de que ha mentido, “es muy contraproducente acusarle de mentiroso cuando no lo ha sido”, apunta la psicóloga.
– Dar ejemplo. Los padres deben ser un buen ejemplo para sus hijos y que no mientan. De acuerdo a las capacidades evolutivas del niño, es conveniente buscar la manera de enseñarle sobre la honestidad, identificar lo real de lo imaginado.
– Felicitar o premiar al niño que confiesa la verdad. Explicarle que lo que ha hecho no está bien y negociar de forma democrática las consecuencias de sus actos.
– Favorecer un  ambiente de confianza. Así el niño se encontrará cómodo y en libertad para contar sus errores o conductas no adecuadas. “Que no sienta que cada vez que habla habrá consecuencias negativas”, puntualiza Antonia Puertas.
– El castigo, sólo se debe utilizar en casos extremos. “Si nos vemos incapaces de corregir esta conducta entonces hay que pedir ayuda a un profesional”, aconseja la especialista.

¿Cuándo se considera un problema?

Todos los niños mienten. Sin embargo, lo que más debe preocupar a los padres es la mentira compulsiva. “Cuando el niño miente sin ninguna razón aparente y con frecuencia. Los padres de estos niños tienden a sospechar y desconfiar de sus hijos, y estos pequeños cada vez se hacen más rebeldes y deshonestos (la pescadilla que se muerde la cola). Aquí hay que buscar las causas y pedir ayuda al psicólogo infantil”, aconseja Antonia Puertas .

Más información
Centro de psicología infantil y atención temprana “Adelante”, en Marbella (Málaga). www.psicologiainfantilmarbella.com